La noche hizo de
su sonrisa un farol de recuerdos inalcanzables, justo mal decía las nubes porque
ocultaron las estrellas en una noche de inspiración un tanto hueca, pero el
destino tiene sorpresas… y en eso insisto como insisten los impertinentes
amantes que llegan a tu vida cuando encuentras el camino, para llevarte por un
sendero desconocido.
Visite la banca
del parque donde tantas veces sonreímos entre besos, profundice en los
recuerdos y me sentí como el viento… libre, tan libre que podría volar sobre el
desierto. Abrir los ojos y verte ahí… parada sin saber si sonreír o echar a
correr… verte a ti, justo cuando soñaba con tus brazos, con tus pechos en mis
manos, y tus labios en mis labios.
Maldita la noche
nublada que oculta las estrellas que absorbían tu recuerdo, una noche nublada
que no nos quedaba mucho de qué hablar, sino mucho que abrazar.