Es una pena que
después de esta noche nos vemos con la penosa necesidad de regresar
a nuestra vida... burda.. ordinaria... normal...
esos días donde en
un trabajo monótono y aburrido no puedo pensar en otra cosa sino en
tus pechos disparejos... esos pezones duros como rocas mientras
parecía que me apuñalaban las costillas cuando coqueta y seductora
me mirabas a los ojos y hacías que respirara de tu aliento de media
noche.... con el sabor aun a saliva y alcohol.
Embriagado aun no
queda remedio mas que morderte los labios, arrancando los gemidos mas
dulces como es el limbo entre el dolor y el placer.
Después de todo me
queda claro que beber de una botella o de tu entre pierna se me da
bastante bien... que el camino que lleva al sur, no es en dirección
al infierno sino el camino a nuestras almas.